UN HABITO AL QUE HAY QUE DESTERRAR.
De niños, a menudo
nos sentimos manejados por los adultos, en especial por nuestros padres,
pasando por el camino de la obediencia y aprendiendo a aceptar una realidad que
nos obliga a ser niños buenos, conformándonos a que otros piensen por nosotros.
Aunque hacemos lo posible por alcanzar algo de independencia, muy de vez en
cuando lo logramos, no llegamos a concretar nuestras fantasías.
De adultos, es
posible que conservemos aun alguna de esas costumbres. Quizá como residuo de la
infancia, hoy seamos atropellados por alguna persona mayor o con autoridad y hasta
nos resulta lógico que así sea.
Puede que esa
persona sea nuestro jefe, nuestro cónyuge, nuestra madre o padre o alguien a
quien le hayamos dado el poder para que nos ordene, mande o gobierne.
Y esto, no es
sano...
Aunque no
tengamos que salirnos siempre con la nuestra, si se puede al menos, evitar
sentirnos inmovilizados, angustiados y trastornados por alguna situación
semejante.
LAS COSTUMBRES
SALUDABLES SE APRENDEN DE LA MISMA FORMA QUE LAS INSANAS: A TRAVES DE LA PRÁCTICA.
El darse cuenta,
la toma de conciencia, en este caso, como en tantos otros, es de fundamental
importancia.
El decidirse a
erradicar las turbaciones que nos provocan el que los demás piensen por
nosotros y dirijan nuestras vidas, eliminara
este mal hábito de colocarnos en el tan triste papel de
"victima"
Primero se deberá
analizar por qué aceptamos ser "victimas"
Que es lo que me hace
permanecer en una situación que no me agrada?
Siento que no
valgo lo suficiente?...
Creo que merezco
ser tratada de una manera que menoscabe mi integridad?
Que beneficio
estoy sacando siendo víctima?
Si estas
preguntas pueden ser contestadas con honestidad, pude que nos ayuden a
encontrar las trampas que seguramente nos hayamos impuesto para cumplir con el
objetivo de vivir sufriendo "en este valle de lagrimas" o de
"vivir luchando". Y aunque esto este mejor visto por la sociedad y tenga
mayor aceptación que "vivir con placer y gozo", puedo asegurar que
eso "no es vivir, solo es subsistir, hasta que aguantemos y enfermemos o
muramos.
Por lo tanto,
bien vale cambiar los malos hábitos (papel de víctima en este caso), hacer de
nuestra existencia una fiesta y vivir la fiesta con entusiasmo, alegría y
felicidad.
Alicia Pianca.
(Profesora de Control Mental)
No hay comentarios:
Publicar un comentario